Rara vez hemos visto fracasar a una persona que haya seguido concienzudamente nuestro camino. Los que no se recuperan son personas que no pueden o no quieren entregarse de lleno a este sencillo programa, por lo general hombres y mujeres que son constitucionalmente incapaces de ser honrados consigo mismos. Hay desdichados tal. Ellos no tienen la culpa, que parecen haber nacido de esa manera. Ellos son naturalmente incapaces de entender y desarrollar una forma de vida que exige una rigurosa honestidad. Sus posibilidades son menos que la media. Hay quienes, también, que sufren graves trastornos emocionales y mentales, pero muchos de ellos logran recuperarse si tienen la capacidad para ser honesto.
Nuestras historias expresan de una manera general lo que solía ser, lo que sucedió y lo que somos ahora. Si usted ha decidido que quiere lo que tenemos y estamos dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguirlo – entonces usted está listo para tomar ciertas medidas.
En algunos de estos se negaron. Pensamos que podíamos encontrar una más fácil, más suave. Pero no pudimos. Con toda seriedad a nuestra disposición, que ruego que ser valiente y concienzudo desde el principio. Algunos de nosotros hemos tratado de mantener a nuestras viejas ideas y el resultado fue nulo hasta que dejamos ir absolutamente.
Recuerde que tratamos con el alcohol – astuto, desconcertante y poderoso! Sin la ayuda es demasiado para nosotros. Pero hay una que tiene todo el poder – que uno es Dios. Espero que usted encuentre él.
La mitad de las medidas de nada nos sirvió. Nos quedamos en el punto de inflexión. Le pedimos a su protección y cuidado con el completo abandono.
Éstos son los pasos que dimos, que se propuso como un programa de recuperación:
1. Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol – que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
2. Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
3. Tomó la decisión de poner nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
4. Hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos.
6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.
8. Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar a todos ellos.
9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible, excepto cuando el hacerlo perjudicaría a ellos oa otros.
10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitió.
11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente conocer su voluntad para con nosotros y la fortaleza para cumplirla.
12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Muchos de nosotros exclamó: “¡Qué fin, no puedo seguir con ella.” No se desanime. Nadie entre nosotros ha sido capaz de mantener algo como una perfecta adherencia a estos principios. Nosotros no somos santos. El punto es, que estábamos dispuestos a crecer a lo largo de las líneas espirituales. Los principios que hemos establecido son guías para el progreso. Reivindicamos el progreso espiritual en lugar de la perfección espiritual.
Nuestra descripción del alcohólico, el capítulo de los agnósticos y nuestras aventuras personales antes y después de dejar en claro tres ideas pertinentes:
(a) ya que eran alcohólicos y que no podía manejar nuestras propias vidas.
(b) Que probablemente ningún poder humano podía haber aliviado nuestro alcoholismo.
(c) Que Dios puede y si se le solicita.
Reproducido con permiso de la A.A. Grapevine, Inc. Alcohólicos Anónimos